"Hace
veinte años, paré de hablar de Babe Ruth por la simple razón de que me di
cuenta que quienes no le habían visto no me creían". Tommy Holmes,
periodista deportivo de los Brooklyn Dodgers.
Babe Ruth durante sus años dorados con los New York Yankees
Nos
trasladamos al verano de 1895 en Maryland, un barrio de Baltimore. Bajas
temperaturas y la pobreza es inminente; cada persona sale a la calle con un
único objetivo: conseguir dinero para mantener sus hogares. En este lugar fue
donde Babe Ruth se tuvo que ganar la vida vendiendo dulces y repartiendo
periódicos, mientras su padre cambiaba de empleo constantemente.
El tiempo
corría rápidamente, mientras esta humilde familia trataba de sobrevivir lo
mejor que fuera, pero en una tarde de 1902, la suerte estuvo en su contra.
"Little George", como lo llamaban en aquel entonces, contaba con 7
años de edad y se encontraba ayudando a su padre atendiendo las mesas de un
bar, en ese instante sonó un disparo en el sitio, luego otro y otro, en seguida
se armó un tiroteo. En seguida llegó la policía, encontraron a Ruth y lo
acusaron de no asistir a la escuela y encontrarse un lugares para adultos.
Este hecho
violento cambió para siempre la vida del rey del jonrón. El gobierno
estadounidense, tras lo sucedido, le quitó la custodia de George a su padre.
Dos semanas después del incidente, George Herman Ruth se dirigía a su nuevo
hogar, el reformatorio Saint Mary’s Industrial School for Boys, atendida por
hermanos católicos. Fue ahí, en este sitio, donde comenzó a brillar en el
béisbol.
Un sacerdote,
el hermano Matthias fue, sin saberlo, el primer entrenador de quien sería una
de las más grandes figuras de la historia del béisbol. Con el paso de los
meses, Ruth y Matthias se harían muy buenos amigos. En 1912, Babe conectaría 60
jonrones y llevó a su escuela a ganar el campeonato. Este período de encierro
le dio el más grande regalo de su vida.
Dos años
después, en 1914, los Baltimore Orioles le dieron un contrato de ligas menores
a Ruth, firmándolo como lanzador por 550 dólares. "Para mí, eso era una
fortuna. Me sentía como Rockefeller", afirmó Babe.
Fue lanzador
en sus inicios, reconocido como uno de los mejores zurdos de la historia, tuvo
marca de 94 victorias y 46 derrotas en 163 aperturas, además registró
efectividad vitalicia de 2.28. Meses después de su firma con los Orioles, Babe
fue vendido a los Boston Red Sox, en ese momento no era famoso sólo como
lanzador, sino que se dieron cuenta de que también podía conectar largos
jonrones, de esta manera se convirtió en outfielder. Ruth fue campeón con los
Red Sox en tres ocasiones: 1915, 1916 y 1918. En la temporada de 1919 bateó 29
jonrones, superando el récord anterior de más cuadrangulares en una campaña, el
cual pertenecía a Ned Williamson desde 1884.
El
propietario de los Red Sox, quien también era un empresario teatral, necesitaba
dinero para producir una obra en Broadway y decidió vender a Babe a los
Yankees. Esto después de terminada la temporada de 1919. "Los Red Sox no
volverán a ganar una Serie Mundial", dijo Ruth luego de enterarse de la
venta. Y así fue, los patirrojos no pudieron levantar un trofeo de Serie
Mundial desde 1918 hasta el 2004, esto fue conocido como la maldición del
bambino.
Babe Ruth jugó con los Red Sox desde 1914 hasta 1919. Se desempeño como
lanzador y jardinero
Tuvo nuevo
equipo en 1920, los New York Yankees. Jugó 15 años en la Gran Manzana, un
período de oro donde se vivió la grandeza de un bateador con una potencia
incalculable. Gracias a sus batazos hizo olvidar la desastrosa temporada de
1919, donde surgió el escándalo de los Medias Negras de Chicago. Nuevos
fanáticos comenzaron a seguir el
béisbol, tanto fue así que se tuvo que remodelar el Yankee Stadium para aumentar
la capacidad, por eso se dice que esta fue la casa que Babe Ruth ayudó a
construir.
En sus años dorados con los Yankees, Ruth ganó 4
títulos de Serie Mundial, tuvo 4 participaciones en el Juego de Estrellas, fue
electo como el MVP de la liga en 1923, fue campeón bate en 1924 e implantó un
nuevo récord de más jonrones en una temporada, con 60 en 1927.Respecto a sus
estadísticas individuales: tuvo promedio de bateo vitalicio de .342, ligó 2.873
hits, es el tercer jugador con más jonrones en la historia de la MLB, con 714.